Ramón Cortez Cabello.
El Creador repartía dones a varias mujeres; cada una oía sus palabras y dejaba el lugar a la siguiente. Probidad, fortaleza y saber… Aplomo, sacrificio y cordialidad… Entereza, ingenio y disposición…
Quedaban sólo dos mujeres, cuando un ángel preguntó: ¿Qué haces, Señor?
― Estoy creando a las enfermeras y les doy cualidades según su procedencia –contestó Dios sin interrumpir su labor-. Compasión, destreza, gracia, pericia, aplomo, tenacidad, honradez, belleza, ingenio, cordialidad y abnegación.
Al notar que daba más dones a la penúltima, dijo el ángel: Cuando creaste los países, fuiste muy generoso con México. ¿Me equivoco si pienso que la enfermera que acabas de formar es la de ese país?
―No te equivocas, ella es la enfermera mexicana.
El señor siguió trabajando: Dulzura, ingenio, bondad, belleza, compasión, tenacidad, sacrificio, pericia, serenidad, calidez, temple, experiencia, generosidad, diplomacia, talento, afecto, limpieza, probidad, inteligencia, paciencia, belleza, aplomo, integridad, constancia, tenacidad, fortaleza, paciencia y calidad.
Al retirarse la última, el ángel preguntó: Y esta, ¿a qué país va?
―A México, hijo mío.
―Pero… ya mandaste una, ¿por qué también envías a la que has dado más virtudes?
―Es que a ésta enfermera la envío directo al IMSS; ahí solo aceptan a las mejores.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario