Gargantilla
Ramón Cortez
Cabello
Aunque
no era cómodo portarla, muchas veces olvidaba que la traía puesta. En todo caso,
las molestias se compensaban con el furor que el collar causaba en el sexo
opuesto. “Su éxito con las hembras, decían unos, es gracias a esa rara joya.” No
faltó quien buscara colocarse una alhaja semejante. Esfuerzo inútil, sólo él
poseía algo así. Otros decían: “el adorno nada tiene que ver, su atractivo se
debe a su frondosa cornamenta.” A él no le interesaba saber qué lo hacía tan seductor,
sólo gozaba y desperdigaba su semilla. Un día cayó dormido en el campo, tuvo un
mal sueño. Cuando despertó se dio cuenta que la pesadilla apenas empezaba. Le habían
robado el collar mágico y habían talado su majestuosa cornamenta.
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